viernes, 8 de julio de 2011

El misterioso secreto de david (3er capitulo)

Decidí tomar aire de ese hermoso lugar, nunca había sentido tanta tranquilidad por medio del ambiente.

Me acerque a él ya que mi curiosidad quiso saber más de él, talvez su simple ayuda para saber cómo salir de aquí.

Hola David ¿así te llamas no? –Decía Isabella con interés-

Tal vez si a menos que en eso me hayan mentido también, creo que ya ni se en que creer –Decía David con una leve tristeza-

Pues sabes… pienso que la primera impresión que me lleve de ti, no debería ser la que tenga de hoy en adelante ¿no crees? –Decía con una sonrisa- que le habrá pasado a este muchacho, para que sea así -Pensó Isabella un instante después-

No debería hablar contigo, esto me parece muy incomodo, o ¿no lo has notado? –Decía David mientras se levanta para marcharse-

Isabella quedo hay perplejada por lo que le había dicho David, ella no tenía idea que le pasaba o porque la trataba así.

¡Espera! no permito que me hables así –Decía Isabella entrecortada tratando de ser fuerte-

Pues pienso que sería mejor que nisiquiera nos habláramos –Decía David con aquel tono frio, pues había terminado de retirarse del lugar en donde estaba Isabella-

Nadie me había tratado como él, de una forma tan cruel… preferí ir con Nauru para que pudiera regresar a donde quiero ir, a mi hogar –Pensó Isabella un tanto triste-

Cuando va acercándose donde se encuentra Nauru, le llama la atención una mujer que esta de espalda al lado de David, y que uno con el otro se trataban de una forma tan dulce, que nunca había esperado de él.

¡Isabella! Seguro quieres volver a tu hogar, pero lamento avisarte que te tendrás que quedar aquí, según mis presentimientos algo asechara en la mañana y no podemos perder el tiempo –Decía Nauru preocupada-

¡Qué! Una noche aquí -Pensó alterada- sé que no me puedo negarme así que no complicare las cosas, me quedare –Decía Isabella contradiciendo lo que pensaba, ya que quedarse seria como una pesadilla, no podía imaginar que pasaría en la mañana–

Tendrás que dormir con Dánae y conmigo, espero que eso no te vaya a molestar ya que este es un lugar muy humilde –Decía Nauru con los ojos entrecerrados y una pequeña sonrisa-

Usted… tranquila yo estaré bien –Decía Isabella tratando de dar aliento de alegría, y con pocas palabras-

Ya se hacía de noche y todo lo que podía hacer era mirar aquella hermosa vista hacia el horizonte, pero como se atardecía Isabella prefería irse a dormir.

A la media noche se para repentinamente y en eso puede notar que esta Dánae acostada a su lado.

¡Ah! que… ¿Qué es esto? –Pensaba sorprendida- Siento como si estuviera viéndome en un espejo… somos tan parecidas Dánae y yo –Murmuraba Isabella-

De pronto, Dánae abre sus brillantes ojos negros y por un instante queda viendo a Isabella profundamente.

Eres tú… tan parecida a mí –Decía Dánae en tan pocas palabras y con una mirada fija en Isabella–

Si así parece, pero tú eres la reencarnación de mi hermana… por eso tanta semejanza entre las dos –Decía Isabella con tono de entrecortado en su voz-

Claro, tú eres aquella con la que voy a tener que cuidar los poderes que están dentro de nosotras –Con una mirada pensativa- Bueno pareciera que fueras fuerte, pero hay mucha diferencia en eso… y serlo –Decía Dánae-

¡Yo podré ser fuerte! –Decía con entusiasmo – Tengo que serlo si quiero salir de aquí -Pensaba Isabella con una tristeza en sus ojos-

Jajá, no es opcional… pero tu optimismo ayuda. Me imagino que quisieras saber algo de este mundo –Decía Dánae con un tono de alegría-

¿Qué es este mundo? –Pregunto Isabella con intriga-

No es necesario que sepas que es, es importante lo que vas hacer aquí y con quienes, debes saber que nuestra muerte puede ser la derrota de este mundo –Decía Dánae con palabras frías-

Todo quedo en silencio, ni una palabra salió de mi boca… preferí callarme.

Tú tienes un poder mínimo al mío… tal vez por eso yo muera primero que tu, los enemigos me buscaran primero, eso y que si no es por alguna amenaza, moriré porque he sido contagiada con una grave enfermedad sin cura… el sueño mío y de David ha sido recuperar el sello de la vida y así… vivir por mucho más tiempo –Contaba Dánae con anhelo-

¡Isabella! ¡Dánae! Por favor vengan… algo se aproxima muy rápido –Grito Nauru con desesperación-
Nos acercamos donde estaba Nauru, sentí un gran impacto al ver tantas amenazas; no podía creer lo que veía eran tan horribles y habían como el sin fin.

¡Ahora que hacemos! –Gritaba Isabella con desesperación-

Isabella, ser fuerte y… ¿puedes callarte? –Decía con tal seriedad - Si tratan de lastimarte solamente tienes que tocarlo y con tus fuerzas… ya no existirá ese temor –Decía Dánae con una mirada fría y directa-

¡Se acercan chicas! Yo buscare a las personas, todos nos tienen que ayudar contra tanta maldad -Decía Nauru apresurada-

De pronto se acerca David hacia Dánae e Isabella, contra eso se acercaban miles de desagradables monstros que querían destrozar todo el lugar.

Era escalofriante al mismo tiempo pensaba que no podían ser cierto, el ambiente se había puesto húmedo y esos monstros estaban llenos de desagradable olor.

Dánae ten cuidado en cualquier momento, no me perdonaría que te pasara algo –Decía David con una mirada directa a los ojos de Dánae-

¡Ah, se acerca un horrible y asqueroso monstro hacia acá! -Decía Isabella mientras cubría sus ojos-

¡Creo que eso no será problema! –Decía David con fuerza-

La sensación de estar paralizado y sangre por todos lados.

Lo destrozo por completo… en un instante –Pensó Isabella sorprendida-

Agitar una espada no es tan difícil como lo ves –Decía David-

Luego de unos momentos, David se percato que no estaba Dánae.

¿Y Dánae? No entiendo a donde pudo ir –Decía David desesperado-

¡Allá va! La tiene aquel horrible… –Isabella sin terminar sus palabras se vio sin ayuda, ya que David había ido a rescatar a Dánae-

Un gran monstro se acercaba a donde estaba Isabella muy rápidamente.

¡Ah! –Grito Isabella-

Inconscientemente estiro su mano a donde estaba aquel malhechor.

¿Qué hice? -Sorprendida ve como lo que fue un gigante obstáculo se convirtió en cenizas-

Isabella corre a donde se encuentra David y ve que Dánae se encuentra atrapada.

¡David ayúdame algo me lleva sin consentimiento a esas cataratas! – Gritaba Isabella con temor-

Agarro la mano de Isabella, pero repentinamente vio un resplandor y no pudo seguir sosteniéndola.

Cuando se fue aquel resplandor vio que Dánae e Isabella estaban en diferentes cuevas, y que al acercarse, su hermano mayor lo impide.

Maldición… ¿¡Qué haces aquí Eduard!? –Decía David con odio en sus palabras-

Hay david… ¡me repugnas! ¿Cómo puedes estar protegiendo a estas personas? nuestro padre nos ofreció un mejor mundo… tú te decidiste por esa mujer llamada Dánae, Jajá… te tenias que enamorar –Decía Eduard-

¡Déjalas salir! Tu pelea es conmigo… -Decía david con rabia-

¿Qué te vas a preocupar por ellas? A puesto que no le has dicho sobre tu verdad… de que te abandonaron a pocos dias de nacer, y que nadie nunca te quiso. Siento lastima por ti -Decía Eduard con una mirada fija en David-

Tan fuerte, frio… ese era su pasado tan doloroso.

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