domingo, 17 de julio de 2011

La voluntad de Dánae (5to capitulo)

David estaba tan pensativo en todo, seguro que pensaba en Dánae y como la rescataremos con tan solo mis fuerzas, ya que Dánae tenía mayores poderes.

Aun no entendía como con un hoyo negro llegábamos a tan hermoso paisaje ó directamente a la humilde casa de Nauru.

¡Nauru! que felicidad volverle a ver –Decía Isabella con una gran sonrisa-

Isabella, a mí también me da gusto… -Decía Nauru un poco distraída-

¿Qué tiene anciana nauru? la noto un poco extraña -Decía Isabella con un tono de curiosidad-

No te molestes en preguntarle Isabella, ella siempre es extraña –Con seriedad en su voz– Tu deberías preocuparte por cómo saber utilizar tus poderes, así no serás tan inservible en las batallas –Decía David molesto-

Con esas palabras, David se retiro del lugar en que estaban Nauru e Isabella.

¡No lo soporto! –Decía Isabella molesta-

Tranquila Isabella, talvez se sienta resentido por la decisión que tuvo que hacer… de si salvarte o salvar a Dánae –Decía Nauru tratando de tranquilizarla-

Pero no es de ahora, es de siempre -Decía Isabella con una mirada triste-

Ya te había dicho que David no tiene tanta confianza en las personas a excepción de Dánae claro está, puede ser por el parecido que tienes con Dánae y se siente un tanto incomodo cuando esta cerca de ti –Decía Nauru pensativa y mirando directo a Isabella-

Ah… ¿incomodo porque me parezco a Dánae? –Pensó isabella sorprendida- Sabe que Nauru, David tiene razón en algo, debería preocuparme por cosas importantes como manejar mis fuerzas cuyas habilidades no he aprendido -Decía Isabella entusiasta–

Tiene los mismo ojos que Dánae, hasta podría decir que el mismo cuerpo frágil y delicado, esa actitud valiente y altanera –Pensó mientras miraba directo a Isabella- ¡Tus habilidades! Sierto necesitas aprenderlas, ve con David precisamente el te ayudara con algunas –Decía Nauru un poco distraída-

Con David… -Pensó incomoda- Okey Nauru, haré lo mejor posible –Decía Isabella con una pequeña sonrisa-

Grandes árboles habían en todos lados, verdoso y un cielo que nunca nublaba. En el camino de todo eso pude percatarme de que David se sentía solo cuando lo miraba desde lejos.

David… Nauru me dijo que tu podías ayudarme aprender algunas… -Sin isabella poder terminar-

Cuando miro tus ojos, recuerdo los de Dánae… -Decía David mirando fijamente los ojos de isabella y sonrojado le toca la mano-

David… –Decía Isabella apenada y sorprendida-

Pero tú no eres ella… –Pensativo mientras quitaba su mano bruscamente de Isabella- necesitamos recuperar a dánae –Decía David con pocas palabras y un tono de rabia-

Es claro que David quiere mucho a Dánae -Pensó– Claro… ¿pero cómo? No sabemos nada –Decía Isabella después de un suspiro-

No es tan difícil percibir el olor de Sidekick… mi padre, Lo repugnante que es, se siente desde lejos –Decía David con una mirada distraída-

¡David!, ¡David! Eso fue lo que se escucho con la voz de Dánae, pero no había pista de que ella estuviera cerca de nosotros ya que al percatarnos de esto, nuestras miradas volteaban a todas partes.

Dirigiéndose a donde se escuchaba más fuerte su voz, se encontraron sorprendidos ya que Dánae estaba siendo amenazada en manos del padre de David, el que siempre estaba tapado con una capa oscura, una voz gruesa y misteriosa, con un olor que se percibía desde muy lejos ese era el padre de David, llamado Sidekick.

Dánae estaba casi desnuda, solo su largo pelo que tapaban sus pechos y sus manos que tapaban la entrepierna; David tenía una mirada de odio hacia su padre, de tan solo pensar que había pasado.

David… ¿Por qué esa mirada fría hacia tu padre? No le hice nada, tan solo quise que cayera en cenizas más rápido, y con la ropa serian unos segundos más lento ¿no crees? –Decía Sidekick con un tono de risa-

¿¡Qué le hiciste a Dánae!? Te juro que la pagaras –Decía David sin quitarle la vista de odio a su padre-

Quiero hacer un trato contigo, dame a esa muchacha que tienes al lado… yo te entregare a Dánae –Decía Sidekick con una mirada fija a Isabella-

¡Ah! como, pero si Dánae es más fuerte que yo, para que me quieren a mí –Pensó Isabella extrañada-

¡Que! –Pensó impactado David- ¿Que pretendes hacer con ese intercambio tan incoherente? -Extrañado- ¡De igual manera no te la entregare y tampoco te quedaras con Dánae! –Decía David mientras se dirigía a rescatar a Dánae-

El impulso de David fue de tanta rabia al ver la situación en que se encontraba Dánae, ira en su rosto y una batalla contra los esclavos que de por notado serian capases de comer carne humana ya que estaban en los huesos y las costillas se podían ver; eran personas que por alguna razón protegían al padre de David.

No ataques David, yo me quedare con el –Decía Dánae en tan pocas palabra y con los ojos cerrados de indignación-

Todo quedo perplejado, hasta los esclavos quedaron abajo por orden de Sidekick, cuando David se percatado de esto, el quedo sorprendido por las palabras de Dánae.

Dánae… ¡no te dejes manipular! Tú debes… –Decía David sin poder terminar de hablar-

¡David ya! Te dije que… me quedare con el –Decía Dánae con un tono fuerte, aunque en su mirada se veía lo contrario-

David creo que tu mujer decidió quedarse conmigo… ¿Qué harás al respecto, te unirás para matarle? -Decía Sidekick con seriedad en su tono-

Tu falsedad me aborrece, no creo en lo que dice Dánae, todo es una manipulación tuya -Decía David de una forma tan segura-

¡David porfavor, no abandones a Isabella es tu única esperanza! –Grito Dánae-

¡Dánae, tampoco te dejare a ti! –Decía David con fuerza-

Es como si yo tuviera la culpa de todo, pero tengo que ser fuerte si quiero vivir –Pensó Isabella con tristeza-

Dánae, teniendo la oportunidad de estar con tu amado prefieres que se quede ahí con ella… muy bien así será ¡pero tú te irás conmigo! –Con un tono molesto- Y la próxima vez que te vean será para destruir a tu propio amor -Le dijo sidekick a Dánae-

¡No lo permitiré! –Decía David mientras contra todo, iba a salvar a Dánae-

Nuevamente, sidekick y Dánae desaparecen en un resplandor de luz, pero David se enfrento contra varios de los hambrientos esclavos.

¡Vuelve aquí cobarde! –Grito David con desesperación, y con esta misma fuerza destrozo con su espada aquellos esclavos de su padre-

David con aquella espada llena de sangre y dolor se arrodillo bruscamente en el piso, lagrimas caían de sus ojos sin remedio.

Esta es la primera vez que veo a David llorar, ¡y me siento tan inútil en este momento! –Pensó isabella con tristeza mientras abrazaba a David para consolarlo-

A pocos momentos después de este episodio tan triste, Isabella se percato que Dánae le había dejado en el piso una esfera con una presencia poderosa, que era muy parecida a la luna rojiza de aquella vez en que se había asomado a la ventana, y se dio cuenta que esa era la misma luna de sol.

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